Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, sostiene que mientras la incertidumbre internacional mantiene la volatilidad, en Argentina las ventas de soja son activas, el maíz avanza lento en su comercialización y el trigo podría enfrentar presión de cosecha.
Rosario, Santa Fe; 18 de agosto de 2025 – La tregua arancelaria entre Estados Unidos y China no se traduce aún en un acuerdo agrícola concreto, manteniendo la incertidumbre en el mercado de la soja. Al mismo tiempo, la reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin agrega una capa de complejidad a un escenario global ya volátil.
“El USDA sorprendió al reducir los stocks finales de soja en EE.UU., pero la ausencia de compras chinas frena el repunte de precios. China sigue abasteciéndose principalmente desde Brasil, cuando en este momento del año suele recurrir a la mercadería estadounidense”, explicó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
En la Argentina, la dinámica es muy distinta: las ventas de soja del productor se mantienen por encima de lo habitual. “En la última semana se comercializaron más de 900.000 toneladas con precio, frente a un promedio de 600.000. En total, ya se comprometieron 29 millones de toneladas, el 57% de la producción, por encima del 54% histórico. De ellas, 23 millones de toneladas ya tienen precio, lo que equivale al 47% de la campaña, frente a un 39% promedio histórico”, precisó Romano. Esto alimenta un programa de exportación inusualmente alto, con colas de buques que superan 1 millón de toneladas por tercera semana consecutiva. El programa podría extenderse hasta 11 millones de toneladas de poroto.
En el maíz, el USDA incrementó el área sembrada y el rendimiento proyectado en EE.UU., lo que elevó los stocks, mientras que Brasil también aumentó su estimación de cosecha, reforzando un panorama de sobreoferta. A nivel local, la cosecha argentina ya cubre el 95%, con algunos retrasos en el sur bonaerense por lluvias. “Las ventas de maíz por parte del productor argentino son más lentas de lo esperado: apenas 20 millones de toneladas tienen precio, un 40% de la producción, cuando el promedio a esta altura del año es del 52%. Si sumamos negocios a fijar, llegamos a 24 millones de toneladas, el 50% de la producción contra 65% histórico”, sostuvo Romano. La cola de buques se ubica en 1,1 millones de toneladas, una de las más bajas de los últimos años.
El trigo muestra un escenario intermedio. A nivel global, los stocks finales caen a mínimos desde 2015/16, aunque la presión de la cosecha del hemisferio norte mantiene el mercado bajista. En Argentina, el programa de embarque del ciclo viejo alcanza 510.000 toneladas, con más de 2 millones aún disponibles en el mercado, lo que da margen para cumplir los compromisos de exportación. “En cuanto a la nueva campaña, productivamente viene bien, con un 62% del área en condición buena a excelente. Sin embargo, las ventas de productores siguen muy rezagadas: apenas 500.000 toneladas a precio, un 2,4% de la producción esperada, contra un 15% promedio a esta altura. Si sumamos contratos a fijar, llegamos al 11%, contra un promedio de 24%”, destacó Romano.
El bajo nivel de ventas y la escasez de espacios de almacenamiento, sumados a tasas de interés positivas y a la costumbre del productor de usar el trigo como herramienta financiera hacia fin de año, hacen prever una fuerte presión de cosecha local.
Romano concluyó: “Estamos frente a un mercado en el que la soja muestra mejores perspectivas que los cereales, con un programa de embarques récord y ventas activas. El maíz y el trigo, en cambio, avanzan más lentos y podrían verse presionados por la abundancia global y la dinámica local. La volatilidad internacional seguirá marcando el rumbo, pero Argentina está jugando un papel muy relevante en este momento”.
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