Las aeronaves B-2, de los que solo EEUU tiene una veintena, son codiciadas por Israel porque son las únicos capaces de lanzar bombas que penetran búnkeres y pueden destruir la planta subterránea de Fordo.
Un bombardero furtivo B-2 Spirit, en una misión sobre Irak el 27 de marzo de 2003.
Pero, ¿cómo podría ser la participación de Trump? El principal elemento que está encima de la mesa se llama B-2. Se trata de un avión que sólo posee Estados Unidos y que codicia Benjamín Netanyahu, uno de los mejores clientes mundiales de la industria armamentística estadounidense.
¿Por qué? Porque puede ser el único modo de destruir la planta nuclear iraní de Fordo, construida bajo tierra como un búnker. Fordo es considerada una de las dos principales instalaciones de enriquecimiento de uranio de Irán, situada a unos 80-90 metros bajo una montaña.
En efecto, el bombardero furtivo B-2 Spirit es el único avión capaz de transportar una bomba GBU-57 Massive Ordnance Penetrator, conocida como bunker buster, que pesa 13.600 kilos y que usa su peso y la fuerza de la caída para alcanzar objetivos enterrados para luego explotar.
En una presentación ante la comisión de Servicios Armados del Senado este miércoles, Pete Hegseth, el secretario de Defensa de EEUU, afirmó que es Trump quien debe decidir si proporcionar a Israel la bomba bunker buster para atacar el núcleo del programa nuclear iraní, lo que requeriría que pilotos estadounidenses volaran el bombardero furtivo B-2.
Aviones de EEUU en Oriente Medio
Las pistas de que el Pentágono está considerando un ataque aéreo de largo alcance provienen del movimiento de más de 31 aviones de reabastecimiento de la Fuerza Aérea estadounidense, explica The Guardian.
Los aviones, en su mayoría KC-135 Stratotankers y KC-46 Pegasus, fueron rastreados por AirNav Systems, un sitio web de seguimiento de vuelos, mientras se dirigían hacia el este, en dirección a Europa, este domingo y martes.
Los bombarderos B-2 tienen un largo alcance, de unos 9.700 kilómetros sin repostar, pero suelen operar desde un número limitado de bases: Whiteman en Misuri, Fairford en Gloucestershire y la base de Diego García en el sur del océano Índico, ahora cedida por Reino Unido a Mauricio para EEUU.
The Guardian recuerda que bombarderos B-2 atacaron cinco instalaciones subterráneas de armas hutíes desde Whiteman, a 13.000 kilómetros de distancia, el pasado mes de octubre. Diego García está mucho más cerca de Fordo, a 5.100 kilómetros de distancia, lo que requeriría repostar en el trayecto de vuelta una vez completado el bombardeo de las instalaciones nucleares iraníes.
Más aviones de combate y cisterna estadounidenses se están acercando a la región, si bien las autoridades evitan dar datos concretos.
Aurora Intel, un grupo que revisa información de fuentes abiertas en tiempo real en Oriente Medio, afirmó a Associated Press que la Fuerza Aérea de EEUU había desplegado aviones cisterna y cazas en lugares estratégicos de Europa, entre ellos Inglaterra, España, Alemania y Grecia.
La ministra de Defensa española, Margarita Robles, confirmó este miércoles la llegada de bombarderos y aviones cisterna en el marco del refuerzo militar de la Administración Trump a Israel, y aseguró que EEUU usa las bases con arreglo a los acuerdos bilaterales y los tratados.
“En este momento sí que es verdad que Estados Unidos está utilizando las bases, pero siempre dentro de los límites del acuerdo que tenemos entre los dos países y con arreglo a los tratados”, dijo Robles a los medios en el pasillo del Congreso.
La posibilidad de intervenir directamente en los ataques a Irán es una decisión con un riesgo político para Trump, quien se considera a sí mismo merecedor del premio Nobel de la Paz y que, además, estaría rompiendo su promesa MAGA de no intervenir en ningún conflicto internacional. De hecho, buena parte de su base política está discutiendo estos días sobre si Trump debería o no atacar Irán y cuánta traición eso supondría al ideario MAGA.
Derribando misiles iraníes
Lo que sí está haciendo ya EEUU es emplear buques de guerra para derribar misiles balísticos iraníes dirigidos a Israel.
El USS Sullivans se unió al USS Thomas Hudner en el Mediterráneo oriental esta semana para participar en esas operaciones defensivas de Israel, mientras que el USS Arleigh Burke se alejó de la zona, según fuentes consultadas por Associated Press.
El portaaviones USS Carl Vinson se encuentra en el mar de Arabia con los cuatro buques de guerra de su equipo de ataque. No participan en la defensa de Israel, pero están colocados para defender a las tropas y bases estadounidenses a lo largo del golfo de Omán y el golfo Pérsico.
El USS Nimitz, por su parte, está previsto que sustituya al Carl Vinson, y se dirige desde la región indopacífica hacia Oriente Medio.
También hay destructores en el mar Rojo, y otros tienen su base en el Mediterráneo occidental y participan en maniobras en el mar Báltico.