La cúpula de la CGT realizó este jueves una «mesa chica» ultra ampliada en la sede de la Uocra, para abordar dos temas urgentes: la inminente reforma laboral impulsada por el Gobierno de Javier Milei y la renovación de autoridades prevista para el 5 de noviembre.
Encabezada por los triunviros Héctor Daer y Octavio Argüello, la central obrera acordó sostener la unidad interna y «plantarse» de manera frontal contra cualquier intento de flexibilización o «destrucción de la legislación del trabajo».
La central obrera, que se reunió durante tres horas, resolvió aplicar medidas de acción sindical directas (sin especificar la metodología) y buscar el diálogo con gobernadores y legisladores para frenar los proyectos oficiales, que incluyen reformas tributarias y del Código Penal. El metalúrgico Abel Furlán planteó la necesidad de una «demostración concreta de rechazo», mientras que Daer advirtió: «si es para retroceder no va a haber ninguna negociación de ningún tipo”. El debate sobre si la próxima conducción será unipersonal o un nuevo triunvirato quedó aplacado, priorizando la «unidad a fuego» como base para detener la reforma.




























































