En otra entrega de su columna sobre Humanismo, el filósofo Santiago Liaudiat nos explica qué son el Posthumanismo y el Transhumanismo, cómo surgen estas ideas, quiénes las impulsas y qué críticas tiene el profesional para hacerles.
«Ya entrando en la discusión contemporánea en torno al humanismo» abre Santiago la columna. «Aparecen estos dos nombres que un poco nos descolocan, Posthumanismo y Transhumanismo» presenta la temática del día.
Según el filósofo, el Posthumanismo sería una especie de término paraguas, que engloba distintas perspectivas y enfoques dentro de las Ciencias Sociales. «Lo que buscan es descentrar el análisis de lo humano. Van a plantear un eje en la naturaleza, o en la tecnología, por ejemplo» comparte las principales ideas del movimiento.
«Estos enfoques van a tender a poner el ojo en ya no pensar la intencionalidad y la acción sólo en el ser humano, sino en otras entidades que nos rodean. Ahí surgirá un análisis sobre la tecnología, que creo es muy interesante porque nos permite repensar el papel del humano. Algunos enfoques Posthumanistas han enriquecido el análisis de la realidad, siempre y cuando no se asoció a un antihumanismo ético» desarrolla un poco más las ideas centrales. «Hay muchas vertientes, pero todas coinciden en criticar el humanismo».
«Dentro de las discusiones que abre el posthumanismo, hay una que tomó más protagonismo mediático y hasta político que es el Transhumanismo. Acá entramos en un terreno bastante más pantanoso» introduce el segundo tópico de debate.
«En la segunda década del siglo XXI, ya tenemos una idea bastante transhumanista. El transhumanismo es un proyecto, es decir, la idea o el anhelo de aplicar la tecnología al ser humano pero con el objetivo de crear una nueva entidad. Antes, era como una prótesis de lo humano. Esto se va a proponer crear una nueva entidad. El argumento que ellos esgrimen es que se trata de superar los límites biológicos, que son perecederos, destinados a desaparecer» comparte los fundamentos del nacimiento del Transhumanismo. «Esta es «la» ideología de Silicon Valley. La meta a superar es acabar con la muerte, el gran límite biológico» expone la nueva perspectiva de las corporaciones y universidades que trabajan con alta tecnología.
Santiago luego comparte cuáles son las críticas a estas nuevas maneras de ver el mundo. «Están reproduciendo el dualismo mente-cuerpo más rampante que existe. La mente reducida a la información, como si fuera eso. Una segunda crítica es a la idea de que la identidad es la información. Una tercera crítica es las consecuencias imprevisibles e irreversibles, en algunos casos, que esto tiene. Están promoviendo un cambio profundo. Una cuarta crítica es que esto va a producir un nuevo tipo de injusticia, una tecnológico. A medida que esto avanza, va a haber una nueva élite mundial y un abismo que crece entre las poblaciones. La última, tiene que ver con la naturalización del capitalismo que existe detrás de todo esto, a mano de la tecnociencia del capitalismo. Necesitamos de otra ciencia, con otros propósitos y otros problemas. Es muy riesgosa, porque logran con su campaña publicitaria que es la única tecnología que existe».