Desde comienzos del siglo y empezando todo de cero con un palo de amasar y un hornito, Alicia Murga creó los alfajores inicialmente para llenar de delicias de alta calidad a toda la comarca. Hoy, después de más de dos décadas reinauguró su local comercial y se siente inmensamente feliz.
«Sí, estoy muy feliz hoy, estoy muy feliz; es como una etapa tan nueva que no sé cómo descifrarla. Viste que nosotros nacimos así muy a los ponchazos con un rejunte de cosas y de golpe, cuando salió esta oportunidad de poder cambiarnos de local dije, hay que renovarse. Hay que renovarse y bueno, salió esto que costó, pero que me alegra mucho», expresa Alicia en los momentos posteriores de abrir las puertas en la Galería de la Plaza en Av San Martín 121, Sierra de la Ventana.
Todo el mobiliario nuevo, muchos ventanales a la Avenida del Libertador y al interior del Paseo, que además suma en el interior otro local para depósito con dos vidrieras magníficas para exponer las delicias que se elaboran y venden.
Y todo empezó con mucho esfuerzo y por extrema necesidad. Desde uno de los momentos más difíciles de la historia reciente de Argentina. 2003 significó, para Alicia Murga, empezar de 0. Ella y su familia tenían la concesión del restaurante del Golf Club de Sierra, y en ese momento las cosas no andaban bien , las deudas apremiaban y había una familia que sostener.
«Esto empezó en la cocina de mi casa. Hace más de 20 años. 21 años, palito de amasar, hornito pizzero, amasando de noche y de día, vendiendo a vecinos, a conocidos, en algunos comercios en la avenida Roca. Un poco en la cocina de mi casa, un poco en la cocina del club de golf. En ese momento tenía el restaurante y económicamente venía mal. Y bueno, era reforzar los ingresos a eso que estaba mal», recuerda Alicia.
Y vio la beta, y resolvió dedicarse solo a los alfajores. «Después comencé a hacer los dulces, y cuando se incorporó mi hija agregamos los chocolates. Entonces ya era mucha mezcla y veíamos que todo no lo podíamos hacer. Así que tercerizamos con manos del lugar, vendemos dulces regionales, dulce de la zona, así empezamos y nosotros nos dedicamos de lleno al alfajor y al chocolate» describe.
El origen del nombre Mulnquidú, un neologismo que surge de combinar las voces mapudungun correspondientes a “crear” y “propio”. Nada más acertado para esta deliciosa idea y creación de Alicia.
También dentro de los productos que Mulnquidú elabora y vende, se encuentra la Torta Galesa, que muchos no tienen en cuenta por la super tentación que desatan los riquísimos alfajores que son de venta diaria, especialmente a los habitantes de la comarca.
Y con el nuevo local se incorporan nuevos sabores, y Alicia lo resalta en la charla: » Nos renovamos en todo: en sabores, agregamos dos sabores nuevos, cereza del marraschino y un alfajor de menta.»
Sin dar demasiados detalles, se agendan nuevos proyectos que se sumarán al nuevo local pero lo tradicional no queda de lado, por eso le preguntamos: Los huevos de Pascua siguen firmes, ¿no?
«Sí, siguen firmes, sí, sí, todo el chocolate; nosotros somos más reconocidos por el alfajor, ahora también estamos tratando de innovarnos con los chocolates, y bueno, y ahora llegamos hasta acá. Es como que fue un gran paso, quedan más pasos en el proyecto, no me voy a quedar acá, a medida que los vamos cumpliendo, te los vamos a ir haciendo saber.» aseguró Alicia.
Los Alfajores Mulnquidú llegaron al Vaticano
La historia de la llegada de sus productos al Sumo Pontífice de ese momento llenó los ojos de lágrimas de Alicia que lo describe así: » Lo que más me impactó fue un cliente que los llevó al Vaticano y se los dio al Papa. En ese momento estaba Juan Pablo II. Cuando recién había iniciado, una vecina de Saldungaray que hoy no está, pero a la que adoré y la adoro en su recuerdo, Ana María Marín, su hijo Esteban y Sonia viajaron a Roma, fueron al Vaticano y me trajeron la foto entregando los alfajores y yo dije bueno ya está, estamos bendecidos porque yo soy muy creyente y realmente eso me tocó el alma. Fue lo más insólito que me pasó.»
Y muchos otros vecinos en sus viajes, llevan orgullosos los alfajores Mulnquidú, como genuinos representantes de nuestra comarca y cuentan que hasta en Dubai han quedado asombrados por estos embajadores del sabor serrano.
«El alfajor por sobre todas las cosas, es un producto muy argentino para que salga al exterior, a otros países. Nosotros somos muy reconocidos por el alfajor» destaca orgullosa su creadora.
Ahora, con un mobiliario acorde y mejor exhibición, el chocolate y toda la variedad que elaboran retoma importancia. » Bueno ahora tiene protagonismo también el chocolate y van a aparecer algunas otras cosas sí, hay más proyectos que quedaron en el camino que no llegamos esta vez.»