Dos mujeres que compartieron el tiempo del renacer y reconstruir de la patria, cuando la noche más larga y más oscura de la historia había terminado, cuando habíamos ganado la democracia, cuando la esperanza se hizo luz, despejó las tinieblas que nos cercaron y empezamos a recuperar los cielos que perdimos.
FLORENTINA GÓMEZ MIRANDA y ANA GOITÍA DE CAFIERO, dos mujeres que soñaron con modificar el presente, que comprendieron que el mundo estaba cambiando y que ese cambio era irreversible.
FLORENTINA GÓMEZ MIRANDA, maestra y abogada, militante radical de toda la vida, diputada nacional de 1983 a 1991. Presentó más de 150 proyectos de ley, todos dirigidos al reconocimiento pleno de los derechos de las mujeres y logró la aprobación de las leyes de patria potestad compartida, de igualdad de los hijos extramatrimoniales y del divorcio vincular. Honró al parlamento ocupando su banca, donde trabajó incansablemente por el reconocimiento de los derechos de las mujeres y la igualdad de género. Fue una visionaria, creía en la educación como el mejor camino para transformar la realidad y fomentó el cambio convencida de la necesidad de reivindicar el rol de la mujer más allá de lo establecido.
ANA GOITÍA DE CAFIERO, con enorme capacidad militante llevó a cabo un trabajo social silencioso en favor de los sectores más postergados del pueblo y se ganó un lugar en la historia de la política provincial y del peronismo. Nunca ocupó un cargo en la gobernación pero desde su lugar impulsó la formación de las comisarías de las mujeres y del Consejo Provincial de la Mujer, primer organismo abocado al asesoramiento y a la implementación de políticas de equidad de género, se ocupó personalmente de la reinserción social y laboral de los liberados a través del “Proyecto Olmos” y colaboró con hospitales para mejorar la calidad en la atención de las personas enfermas, siempre comprometida con los humildes y la defensa de la dignidad de las mujeres.