Un trabajo de tesis de la Licenciatura en Turismo propone una planificación integral para revalorizar el singular conjunto arquitectónico inconcluso de Sierra de la Ventana, provincia de Buenos Aires.
El proyecto se centra en rescatar la conmovedora historia y el legado de sus creadores, los arquitectos Horacio Inveraldi y Mabel Ruibal, y busca transformar el espacio en un atractivo turístico accesible y sostenible, articulando la memoria con tecnología digital como Códigos QR y futuras experiencias de Realidad Aumentada.
José Manuel Witon propone revalorizar las ruinas de “Las Casitas Chinas” como patrimonio local en Sierra de la Ventana, con una tesina que combina historia, sensibilidad y tecnología. El sitio, aún no declarado oficialmente, forma parte de una red de espacios con potencial turístico y cultural.
La tesina de Witon, oriundo de Coronel Pringles y licenciado en Desarrollo Local, se centra en las ruinas de “Las Casitas Chinas”, un conjunto arquitectónico que alguna vez tuvo relevancia regional y hoy permanece en estado de abandono. “Es patrimonio no declarado. Son emprendimientos que en algún momento tuvieron alguna trascendencia y por distintos motivos se fueron opacando, cayeron en desgracia”, explicó. La investigación se enmarca en su formación como licenciado en Turismo en la Universidad Maimónides, donde se le propuso elegir entre 50 sitios con potencial patrimonial.
La elección de este lugar no fue casual: “Toda la historia se hizo en base a tu nota que hiciste sobre Las casitas chinas”, comentó, en referencia a una publicación de FM Reflejos que sirvió como disparador. El trabajo le llevó un año completo, incluyendo un taller de diseño de tesis y un proceso metodológico riguroso. “Yo lo planteo como un proceso en construcción. Es una propuesta que la idea es que se genere en algún momento una mesa técnica que pueda revalorizar el lugar para el desarrollo local”, sostuvo.
Desde su mirada, sería fundamental que el sitio sea reconocido como patrimonio municipal, lo que permitiría su protección y puesta en valor. “Los arquitectos que vieron esto en un momento, desde ya que fueron unos visionarios”, expresó, destacando el valor estético y simbólico de las construcciones.
La propuesta incluye la creación de un sendero interpretativo con paneles informativos y tecnología QR. “La idea es, aprovechando la tecnología que tenemos a disposición, un escaneo de un QR y poder ver la proyección de lo que eran las casitas Chinas en su momento, también ver quiénes eran Horacio y Mabel, y demás”, explicó. Esta estrategia busca generar una experiencia introspectiva en el visitante, conectando pasado y presente.
Aunque no figura en los registros oficiales de patrimonio del municipio, el sitio forma parte de una memoria colectiva que merece ser recuperada. En Coronel Pringles, otras iniciativas de identidad cultural y patrimonio local han sido documentadas por instituciones como la FAUD de la Universidad Nacional de Mar del Plata, lo que abre la posibilidad de articular esfuerzos académicos y comunitarios.
La tesina de Witon no solo aporta una mirada técnica, sino también una sensibilidad profunda hacia los espacios que construyen identidad. Su propuesta invita a pensar el patrimonio como una herramienta de desarrollo local, capaz de activar memorias, generar turismo y fortalecer el vínculo entre comunidad y territorio.
Una tesina de la Licenciatura en Turismo propone la planificación integral para revalorizar el singular conjunto arquitectónico inconcluso de Sierra de la Ventana. El plan se centra en rescatar el legado de sus creadores, los arquitectos Horacio Inveraldi y Mabel Ruibal, y busca transformar el espacio abandonado en un atractivo accesible y sostenible , articulando la memoria con el imponente paisaje serrano.
El documento detalla una planificación interpretativa integral para «Las Casitas Chinas», un complejo arquitectónico de impronta orientalizante en Sierra de la Ventana, provincia de Buenos Aires. El proyecto académico surge ante la necesidad de revalorizar este patrimonio moderno que, aunque inconcluso, posee una fuerte carga simbólica y emocional.
Eje Central: Una Historia de Amor y Legado
La esencia de la propuesta reside en un enfoque humano y conmovedor. El proyecto busca rescatar el legado de sus creadores originales, los arquitectos Horacio Eduardo Inveraldi y Mabel Gloria Ruibal, cuyo sueño visionario y trágica historia personal (su muerte interrumpió la obra en la década de 1970) se convierten en el corazón de la narrativa interpretativa. La iniciativa se presenta como un acto de memoria y reparación simbólica, resignificando un sueño que quedó suspendido en el tiempo.
El trabajo incorpora, además, testimonios orales, como los aportados por Claudio Ribolzi (familiar de los fundadores), que brindan un valor inédito a la comprensión técnica y simbólica del sitio.
Una Experiencia Accesible y Tecnológica
El objetivo general es diseñar una experiencia accesible, participativa y educativa, que promueva una conexión profunda entre el patrimonio cultural y el natural.
Para lograrlo, la planificación se sustenta en un modelo que establece metas claras, como el desarrollo de dispositivos interpretativos accesibles (paneles, códigos QR, folletería) y la consolidación de la accesibilidad universal (física, comunicacional y cognitiva) para diversos públicos.
Se propone una combinación estratégica de medios:
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Medios Analógicos: Panelería integrada al paisaje y estaciones contemplativas para la conexión directa con el entorno.
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Medios Digitales: Códigos QR que redirigen a audioguías y mapas interactivos, y experiencias futuras de realidad aumentada (RA) para recrear virtualmente Las Casitas Chinas en su estado original.
El tema unificador de la propuesta es que Las Casitas Chinas son «el testimonio vivo de un sueño arquitectónico interrumpido que dialoga profundamente con el paisaje serrano, invitando a resignificar la memoria, la contemplación y la conexión entre las personas y su entorno».
El posicionamiento turístico propuesto es el de «una joya arquitectónica singular enclavada en el paisaje serrano, donde memoria, contemplación y naturaleza se funden en una experiencia turística sensible, reflexiva y sustentable». En síntesis, el proyecto busca convertir un sueño trunco en un legado vivo, un espacio que eduque, conmueva y fomente una conexión más profunda con la identidad de la región serrana.








































































