“Recordamos a las autoridades sus obligaciones ante el derecho internacional, y urgimos a que se conduzcan investigaciones de forma pronta y efectiva” sobre las muertes, indicó en su cuenta oficial de X la oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk. Human Rights Watch Brasil tildó de “desastre” el operativo policial en Río de Janeiro.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos dijo sentirse “horrorizada” por la macrooperación policial contra una importante banda del crimen organizado en Río de Janeiro, en la que murieron el martes 64 personas, la cifra más alta nunca antes registrada en una acción de este tipo en la ciudad.
“Recordamos a las autoridades sus obligaciones ante el derecho internacional, y urgimos a que se conduzcan investigaciones de forma pronta y efectiva” sobre las muertes, indicó en su cuenta oficial de X la oficina que dirige el alto comisionado Volker Türk.
La operación, añadió, sigue una tendencia de violentas operaciones policiales contra comunidades marginales de Brasil.
La operación contra el Comando Vermelho movilizó a unos 2.500 agentes para ejecutar 100 órdenes de arresto en los populosos complejos de favelas Alemão y Penha, ubicados en uno de los sectores más pobres y violentos de Río, en la zona norte de la ciudad.
De acuerdo con el último reporte oficial, entre los fallecidos hay 60 presuntos sospechosos y cuatro agentes de seguridad, mientras que al menos otros ocho policías y tres civiles resultaron heridos de bala.
Human Rights Watch Brasil tilda de “desastre” el operativo policial en Río de Janeiro
Human Rights Watch (HRW) Brasil tildó este martes de “desastre” el operativo policial puesto en marcha en favelas de Río de Janeiro que ha causado por lo menos 64 fallecidos, y pidió a la Fiscalía investigar las circunstancias de “cada muerte”.
“Una operación policial que resulta en la muerte de más de 60 residentes y policías es una enorme tragedia”, dijo el director de HRW en Brasil, César Muñoz, en una declaración escrita enviada a EFE.
Según Muñoz, el Ministerio Público debe instaurar investigaciones propias para elucidar cada una de las muertes registradas en la acción, que transcurre en los complejos de Penha y de Alemão, dos populosos conjuntos de favelas de Río.
Y también para esclarecer “la planificación y las decisiones que llevaron a una operación que fue un desastre”, en su opinión.
“La sucesión de operaciones letales que no resultan en una mayor seguridad para la población, sino que en realidad generan inseguridad, revela el fracaso de las políticas de Río de Janeiro”, afirmó Muñoz.
De los al menos 64 fallecidos contabilizados hasta el momento en la operación, 60 son civiles, supuestamente sospechosos, y cuatro agentes de las fuerzas de seguridad.
Además, las autoridades detuvieron a 81 personas y decomisaron casi un centenar de fusiles de asalto y “una enorme cantidad de droga”, según el gobernador del estado de Río de Janeiro, Cláudio Castro, quien no precisó el montante exacto de estupefacientes.
Para Muñoz, Río de Janeiro, la ciudad más turística de Brasil, necesita una nueva política de seguridad pública que “deje de promover enfrentamientos que victimizan a residentes y policías”.
“En lugar de eso, debería involucrar a las propias comunidades y a otros actores sociales en la búsqueda de la paz, y basar el trabajo policial en datos precisos sobre la actividad delictiva, priorizando la investigación y la inteligencia”, añadió.
Según el Gobierno de Río, el objetivo de la operación es detener a los cabecillas del Comando Vermelho (CV), una de las bandas del crimen organizado más poderosas de Brasil, y frenar la expansión territorial de la facción.
El Comando Vermelho se dedica principalmente al tráfico de drogas y armas, y su centro de operaciones está en el estado de Río, donde controla algunas barriadas de la ciudad, aunque tiene presencia en buena parte del país, especialmente en la región de la Amazonía.
EFE – elDiarioAR





























































