Este fin de semana, del 1 al 3 de mayo, se reúnen especialistas de diversas ramas dedicadas a la nueva Movida Fungi, una tendencia que crece ahora también como opción turística y de escapadas en Tres Arroyos, Provincia de Buenos Aires.
Organizado de manera conjunta por la Asoc. Civil EAC y el LBHCyM CONICET CERZOS Bahía Blanca, llega Claromecó Fungi, un evento científico y turístico, sin fines de lucro, que cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Tres Arroyos y este año tendrá como novedad, un espacio conversatorio y Feria Fungi. El encuentro será entre el 1 y el 3 de mayo próximos en la ciudad balnearia y esta será la tercera edición.
FUNGI CLAROMECÓ es el encuentro anual de identificación de hongos silvestres que atrae investigadores del país, representantes del CONICET y de diferentes universidades nacionales como las de Córdoba, San Luis, entre otras, así como también aficionados a la temática y nuevos conocedores. La actividad de Micoturismo está ideada para conocer un poco más profundamente los beneficios de los hongos silvestres de la localidad, sus usos y manejo, sumándose de esta forma a la nueva tendencia mundial de valoración de la funga. La feria temática se desarrollará el 3 de mayo de 10 a 20 hs en el SUM de la Escuela Primaria N 11. Están convocados a participar todos los artesanos y productores, que posean al menos un producto relacionado a la temática, ya sea diseño, gastronomía, cosmética natural, artesanía, decoración, entre otros rubros.
Emilia García Ventureyra, coordinadora del encuentro y fanática del mundo fungi, cuenta un poco cómo se fue metiendo en este mundo fascinante de los hongos silvestres.
“Los hongos aparecieron en mi vida cuando me vine a vivir a Claromecó, cuanta Emilia entusiasmada. Nací en Tres Arroyos y después que terminé el secundario me fui a estudiar filosofía a Mar del Plata pero a los 3 años me cambié de carrera y me puse a estudiar Diseño de Interiores. Llegó un momento en que me arrebató la ciudad, me cansé del ruido, de los departamentos, de la gente todo el año y me mudé a Claromecó y, cuando llegué acá, me empecé a meter en el bosque a buscar un hongo que estaba en mi memoria emotiva. Me acordaba de haberlo comido cuando era adolescente en la casa de una amiga que los preparaba. Ella hacía unos frascos aceituneros llenos de hongos que eran un brebaje exótico para mí y cuando me metí en el bosque me di cuenta de que no había absolutamente nada que me dijera este es el hongo que podés comer. De repente descubrí que no solo había un hongo que era el que hacía mi amiga Isabel cuando yo era chica, sino que me di cuenta que había decenas de hongos, algunos muy chiquitos, otros grandes de colores completamente diferentes: marrón, naranja, amarillo y rojo entonces cómo saber cuál es el que puedo comer. Tenía claro que había algunos que me podían matar, otros que me podían intoxicar pero no sabía reconocerlos y en ese momento la información todavía era muy hermética. En el pueblo hay mucha gente que consume hongos y si no los consume tiene el recuerdo de haber ido con los abuelos o los padres al bosque a recolectarlos. Ese aroma del hongo de pino secándose en la estufa en invierno, es algo típico del pueblo pero a la hora de reconocer o decir cuál es el correcto, la gente es bastante reacia a compartir ese conocimiento que para mí, hasta ese momento era oral, un conocimiento que va de generación en generación a través de los abuelos, los tíos y los padres”.
Emilia relata cómo comenzó todo: “Yo necesitaba saber cómo era y entonces empecé a comprarme los primeros libros. El primer libro fue un clásico cuyo autor es un grande: Edgardo Albertó. Al principio para mí fue chino básico porque no conocía el vocabulario técnico del libro. Pero la vida hizo que yo me acercara a una asociación civil, la Escuela Agrícola Claromecó que en ese momento tenía un planteo muy interesante sobre el cultivo del alimento y el cuidado de la naturaleza. Yo me acerqué desde la ahí. Y a través de la Ong es que me conecté con Pablo Postemsky, él venía haciendo desde el 2018 un proyecto de cultivo de hongos comestibles y medicinales a lo largo y a lo ancho de la provincia de Buenos Aires a través del Conicet. Pablo es el Director del Laboratorio de Biotecnología de Hongos Comestibles y Medicinales del Conicet CERZOS Bahía Blanca y comenzamos un proyecto productivo de hongos comestibles en la sede de la EAC. Tiempo después nace la idea de hacer un encuentro de hongos, ahí me enteré que existían los taxónomos, que son los que se dedican a hacer las identificaciones de los hongos. Así nació Claromecó Fungi que va creciendo año a año. Este ya es el tercer año que lo hacemos, este año hacemos este encuentro de 3 días con una variedad de actividades adicionales, donde participa la comunidad y conectamos con la naturaleza. Hoy la movida de hongos en Claromecó está en crecimiento, es más que la caminata por el bosque, actividades con lupas y microscopios, incorporamos bibliografía, aprendemos a reconocer los hongos que tenemos en nuestra ciudad, en nuestro pueblo, en nuestro jardín y apoyamos la intención de darles uso gastronómico con lo cual facilitamos herramientas para que la gente se acerque a este mundo. Ahora me llamo a mí misma como aficionada a los hongos o divulgadora del reino fungi, me encanta, cada hongo que me cruzo me maravilla. A medida que fue pasando el tiempo reforzamos la idea de darle un fin turístico y nace esta noción del Micoturismo. Hicimos una primera experiencia convocando a la gente a jugar al científico, un rato mirando con microscopio las esporas, ahora sumamos un taller de cocción después de recolectar los hongos. Son tres jornadas de sedentarismo, talleres, feria y charlas abiertas a la Comunidad. Para mí es importante que una persona que no es bióloga ni botánica ni micóloga pueda, si está interesada en consumir hongos, reconocer cuáles son las especies tóxicas que pueden estar a su alcance y conocer las alertas suficientes y necesarias para que no se intoxique, para que lo sepa reconocer. Este es un evento sin fines de lucro, este año a las charlas sumamos varios ejes de conversación que se están dando actualmente sobre biomateriales, nanotecnología y hongos, viene la doctora Celeste Aguirre Pranzoni que cuenta cómo reemplazar juguetes de plástico por otros que están hechos de micelio de hongos. Julieta Salgueiro trae una movida para hacer tinturas o pinturas a partir de hongos que vamos a estar recolectando en una de esas caminatas que haremos. Nos acompañan especialistas gastronómicos y expertos taxónomos como Bernardo Lechner (INMIBO/LABAG) y Gerardo Robledo (UNC) que van a ir enseñando cada detalle a los participantes y esperamos en estos tres días que además de la Comunidad participen visitantes de otros lugares ya que la movida fungi está creciendo en todo el país”.
Para más información sobre la feria @claromeco.fungi o pueden enviar un email a feriafungiclaromeco@gmail.com, o dirigirse al QEA de lunes a viernes entre las 7 y las 14 hs, o bien comunicarse al 02982 495 001.