«Junín es el comienzo, es el punto de partida de una nueva organización territorial, productiva en una Argentina soberana»
El porvenir de la Provincia de Buenos Ayres no se construirá repitiendo el modelo liberal que empobrece a la Argentina, sino organizando un nuevo paradigma de desarrollo, sustentado en la producción, la innovación tecnológica y la integración territorial. Conceptos que el actual esquema político desconoce por completo, aferrado a una visión porteñocéntrica y atlantista que nada tiene que ver con la realidad productiva bonaerense.
El verdadero desafío de los bonaerenses consiste en articular el sistema agroindustrial de la región productiva -que abarca 95 municipios- con la capacidad manufacturera del AMBA -40 partidos-, generando un circuito virtuoso que transforme la materia prima en valor agregado dentro del propio territorio. Una provincia que produce debe también industrializar, distribuir y exportar desde su suelo, no desde intermediarios.
El eje de esta transformación se sostiene en grandes unidades agroindustriales articuladas con granjas familiares, chacras mixtas y cooperativas de producción, que constituirá el corazón del nuevo modelo provincial. No se trata de sustituir la gran escala agrícola, sino de complementarla, diversificando la economía rural, generando empleo en origen y revitalizando los pueblos del extra-AMBA.
Las granjas familiares permitirán combinar frutihorticultura, agricultura, ganadería y agroindustria en superficies medianas de alta productividad, conectadas a polos tecnológicos y universidades regionales que aporten conocimiento aplicado e innovación.
La chacra mixta, tradicional en la pampa húmeda, debe redefinirse como unidad integral: cultiva, cría, procesa y distribuye, incorporando biotecnología, energías renovables y logística digital
Y las cooperativas de producción dejarán de ser meras intermediarias para convertirse en verdaderas empresas sociales, capaces de manufacturar, transformar alimentos y crear marcas regionales con identidad bonaerense.
En el AMBA, la reindustrialización no puede significar más hacinamiento urbano, sino la creación de un cuarto cordón productivo, con industrias livianas y de ensamblaje conectadas por ferrocarriles y rutas logísticas. En este esquema, las Rutas Nacionales 3, 5, 7, 9, 33 y 188 son arterias de integración territorial, cuyo centro operativo debe ser Junín, proyectada como nueva capital bonaerense y nodo articulador entre el MERCOSUR, el Atlántico Norte, Chile, el Pacífico, el Norte Grande y la Patagonia junto al Atlántico sur (proyectándose hacia el Índico).
De este modo, la provincia dejará de ser una simple jurisdicción administrativa para convertirse en el principal nodo logístico, tecnológico y humano del Cono Sur, capaz de integrarse con los pueblos hermanos de Sudamérica en una nueva arquitectura regional de soberanía y cooperación: la Patria Grande hecha realidad.
Junín no es una utopía: es una decisión estratégica. Representa el paso de una provincia administrada a una provincia conducida; de un territorio fragmentado a una PROVINCIA EN MOVIMIENTO, donde el campo y la fábrica, la ciencia y el trabajo, el Estado y la comunidad recuperan su unidad histórica.
Solo así la provincia podrá dejar de ser administrada desde ideologías foráneas y ser conducida por los bonaerenses: organizada para producir, innovar y habitarse plenamente.
Luis Gotte
La Trinchera Bonaerense































































