Un estremecedor episodio conmocionó esta madrugada a Coronel Suárez, cuando un hombre y su pequeño hijo de cuatro años murieron en un hecho que los investigadores enmarcan como un homicidio seguido de suicidio.
Todo comenzó alrededor de las 00.30, cuando una sargento de la Policía Comunal, Daiana García, recibió una llamada de su expareja, Gustavo Suárez, de 48 años, quien le dijo que estaba “en la Ruta 60, a 150 metros del acceso a Huanguelen” y que “se iban a matar”, refiriéndose a su hijo de apenas cuatro años.
Ante la gravedad del mensaje, un móvil policial se dirigió de inmediato al lugar señalado. Al llegar, los efectivos encontraron un camión Mercedes Benz 2035 (patente HJW113) detenido sobre la banquina. En el interior, hallaron a Suárez sin vida, con una herida de arma de fuego en la cabeza, y a su hijo, también con un disparo en la misma zona.
El menor aún presentaba signos vitales y fue trasladado de urgencia al hospital local, donde lamentablemente falleció minutos después.
Los uniformados constataron la presencia de un arma calibre .22 Bersa en la mano derecha del hombre, además de manchas de sangre en la cabina. En paralelo, se supo que Suárez había publicado en su estado de WhatsApp un mensaje que anticipaba su intención de quitarse la vida y la del niño.
Fuentes policiales indicaron que existían denuncias cruzadas por violencia familiar entre ambos progenitores, y que la última medida cautelar había vencido el pasado 4 de diciembre.
La Policía Científica trabajó en el lugar y la causa quedó en manos de la fiscalía correspondiente, que ya inició las actuaciones para esclarecer el trágico hecho.
La estremecedora carta que dejó para su ex antes de matar a su hijo y suicidarse
El texto había sido publicado en el estado de sus redes sociales. El hecho conmociona a Coronel Suárez.

LA BRÚJULA 24 accedió a una carta que redactó Gustavo Suárez, el hombre de 48 años que mató a su propio hijo y luego se quitó la vida de sendos disparos, un hecho que conmociona a toda la región. El escrito, dirigido a su expareja, da cuenta de lo que minutos después iba a suceder en la Ruta 60, cerca de Huanguelén.
Qué dice el texto
«Daiana, nos vamos con Fran así estás tranquila como lo decidiste, te propusimos que no te vayas a Pigüé y lo hiciste igual, no te importó el amor de tu hijo, así que ahora hacete cargo de tus actos. Me volviste a mentir en la cara, te burlaste de mi otra vez y no te lo voy a permitir. Siempre con mentiras como vos estás acostumbrada a tratar a todo el mundo. Tenés que aprender a no mentir y jugar con las personas y sentimientos de ellas. Yo te había dejado el camino libre hasta hace poco cuando me empezaste a invitar a tu casa y me propusiste irnos a vivir a otro lado y tener otro hijo. Me parecía medio loco todo pero lo único que quería era ver a mi hijo crecer feliz con su mamá y papá y con un hermanito aún más. Luego arrancaste con un martes trece como siempre, ahora a llorar a la iglesia Daiana García. Me voy con mi bebé Francisco porque le prometí cuidarlo siempre y así lo haré. Él va a estar bien junto a mi donde quiera que estemos y no en una vida de mierda que le podés dar vos acá dejando tirado en un lado ú otro para irte con algún macho porque es lo primero que siempre hacés. A vos el nene no te importa y nunca te importó. (…) Ahora seguí con tu vida como vos decís, con tus 34 años, pero veamos qué tan feliz sos cuando veas un nene como Fran con su mamá, con su guardapolvos de jardín como usaba tu hijo o veas jugando niños jugando como podría estar él y se lo arrebataste vos por una vida de turra y te plantearás si es mejor vida esa o la de una familia. Te lo dije Daiana, el que ríe último, ríe mejor y no me diste bola y seguiste burlándote, eso lo tenés que pagar. Yo a Fran lo voy a seguir cuidando siempre conmigo. En cambio vos no lo vas a volver a ver nunca más, vos te lo perdiste y tuviste la oportunidad de verlo crecer, pero no, decidiste como siempre, irte (…) antes que tu hijo y no vengas a hacerte la mamá luchona porque no lo sos. Andá y hacé esa vida que querías, pero nunca va a ser como la que vivimos en familia como cuando nació Fran. Ahora no nos llores ni te pongas en el papel de víctimas porque si hubo una víctima fuimos nosotros de todas tus mentiras siempre. Donde quieras que vayas, aunque no quieras, los recuerdos con nosotros estarán presentes y veremos qué tan feliz son con tu vida. Lo tenías todo y lo perdiste, así que ahora me toca decírtelo a mi, pan y ajo, no valés nada Daiana ni como mujer, ni como madre, ni como persona. Te merecés lo peor por el resto de tu vida y sé que así será (…) no servís para dar hijos y lo sabés ya que Fran fue un milagro después de tantas pérdidas y lo sabés bien a eso».
Fuente La Brújula 24




































































