Desarrollo S.O.S. tenible – ¿Habrá que confiar?
Primera Parte
Desde el Auditorio del Consorcio del Puerto de Bahía Blanca se puede ver el mar ingresando a nuestra costa bahiense. El estuario sereno parece estar en espera. ¿Qué le deparará el destino?.
Una voz seria y fría, que no mira hacia el mar, indiferente a su existencia como contenedor de vida, da comienzo a lo que serían las explicaciones desesperadas, que el Consorcio del Puerto Petrolero de Bahía Blanca necesita ofrecer para ser creíble, en las “Jornadas Ambientales del Estuario de Bahía Blanca”, el día 26 de septiembre pasado.
Nos cuentan acerca de la inversión que hicieron en equipos de mediciones de contaminación. Caros, cerca de veinte mil dólares, dicen, y volviendo a mirar hacia el mar, donde se encuentran las Reservas Naturales, me pregunto ¿cuánto vale la vida de un delfín franciscana ahogado en las manchas de los últimos cuatro derrames de petróleo? Desesperado con los pulmones llenos de ese líquido negro, muriendo agónicamente.
Sus cuerpos estarán ocultos a las miradas. Habrá que confiar que nada tuvieron que ver con eso, durante la remediación realizada para “limpiar” la ría, el personal del Ministerio de Ambiente, cuyo Director Provincial, Gabriel Terny, estuvo presente en la Jornada.
Dicen los expositores portuarios que cuentan con monitoreos de ruido. Y con esa frase reconocen que generan sonidos molestos en la ría. Pero la medición da bien. Me pregunto qué diría la fauna marina al respecto si pudiera hablar. Pero no puede. Habrá que confiar.
Proponen disminuir la huella de carbono y para ello el Puerto cuenta con vehículos eléctricos y alimentan algunos sectores con energía solar. Es decir que son conscientes de la necesidad de reducir el uso de petróleo, como uno de los combustibles fósiles que calientan el planeta e impulsan el cambio climático.
Sin embargo el movimiento de ese hidrocarburo en el puerto whitense aumentó del 2023 al 2024 de 26.000 toneladas a 323.000 de crudo (1.139 % más).
La huella de carbono pisa bien fuerte y se ríe a carcajadas de sus vehículos eléctricos y los pobres paneles solares portuarios.
El objetivo del encuentro fue el de convencernos de que todo está bien en el Polo Petroquímico, con sus casi trece descargas, hacia el estuario de Bahía Blanca, donde se encuentran dos Reservas Naturales Provinciales.
Estas descargas son controladas por el Comité Técnico Municipal y el Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires. Todo queda en familia.
Mientras en el mundo se está alertando de las consecuencias de este tipo de actividades que la vivimos en forma directa en Bahía Blanca. El colapso ambiental ya llegó y se cobró vidas humanas. ¿Cuántos aparatos de medición se requerirán para compensar el precio de una vida?
Pero todo está bien, las mediciones, según los expositores, están mejor que nunca.
Y es posible.
La toma de muestras se hace siempre en los mismos lugares específicos. Pero no explicaron si las inspecciones son sorpresivas o con previo aviso.
Habrá que confiar que las salidas de contaminantes no son manipuladas con lo que se llama “ecotruco”, una forma en que las empresas petroquímicas manipulan las emisiones para cumplir con las normativas ambientales.
Tal vez ni necesitan hacerlo. Ya que las reglamentaciones en nuestro país no son tan estrictas como en otros estados.
Los impuestos de Carbono que tienen la obligación de pagar, ni alcanzan a cubrir los costos de recaptura de ese gas, para mitigar el daño. ¿Sino porqué eligieron estar acá?
Contamos con una materia prima que, para los empresarios petroleros, se obtiene muy barata. Exportamos gas natural mientras, pagamos caro el nuestro y tenemos barrios bahienses enteros calefaccionándose con leña y gas envasado. Por eso venimos siendo la ciudad con más personas intoxicadas con monóxido de carbono.
Sin embargo parece que para el Puerto Petrolero todo está más que bien… ¿Habrá que confiar?
Prof. Patricia González Garza
Educadora Ambiental
Presidenta de Sílice ong 14.8 Ong_Silice