El referente del espacio y hermano del diputado nacional Facundo Manes se mostró disconforme con el rumbo que tomó el partido en los últimos meses. Mediante una carta pública, aseguró que «en lugar del nadie se salva solo, ha primado un sálvese quien pueda”.
En medio de una interna que viene de larga data dentro del partido, con más de un “tira y afloje” entre sus miembros con respecto a la posición del espacio en cuanto a la línea del Gobierno nacional, el dirigente radical Gastón Manes presentó su renuncia a la presidencia de la Honorable Convención Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR), así como a su rol de convencional nacional por la provincia de Buenos Aires. Lo hizo a través una carta pública, subida a sus redes sociales, en la que cuestionó con dureza el rumbo actual del partido.
“Con el respeto que siempre he tenido por las formas y los principios, me dirijo a ustedes para comunicar mi decisión de renunciar, primero como Convencional Nacional por la provincia de Buenos Aires —responsabilidad con la que fui honrado por los afiliados en las elecciones internas de marzo de 2021— y luego, en consecuencia, a la Presidencia de la Honorable Convención Nacional de nuestro partido”; comienza el escrito.

Más adelante, Manes explica que la decisión “no la tomó a la ligera” y que responde a un cambio en las convicciones del partido: “La tomo con la serenidad que da el camino andado, y con la tristeza lúcida, también, de comprobar que aquello por lo que trabajamos con convicción y esperanza, una UCR con voz nacional, pensamiento orgánico e identidad común, ha ido cediendo, lenta pero firmemente, frente una realidad que avanza en dirección opuesta.
En la misiva, que estuvo dirigida al presidente de la UCR, Martín Lousteau, aseguró que, en el último tiempo, “no encontró” referentes del espacio una verdadera vocación de debatir y de buscar juntos una línea doctrinaria compartida: “En lugar del ‘nadie se salva solo’ ha primado un ‘sálvese quien pueda’. Lo que alguna vez fue una comunidad de pensamiento y acción, se ha visto reducido a una suerte de confederación de posturas provinciales, cada uno con sus urgencias, con sus lógicas locales y con sus pactos circunstanciales. No juzgo: constato. No ha primado una voluntad que exprese lo que alguna vez fuimos: un partido de ideas, no de circunstancias”.
“Soy fiel a mis principios, no a los cargos”
En la última parte de la carta, Manes disparó, sin nombrarlos, contra diversos dirigentes que actuaron “por conveniencia”, según definió: “Toda renuncia es una forma secreta de elección. Elijo hoy, al renunciar, seguir creyendo en la Unión Cívica Radical como idea, como ética y como tradición viva. Elijo seguir creyendo en los mejores valores del radicalismo: la defensa de una verdadera democracia, no atada a las corporaciones, y sí al sueño de progreso de la clase media. Renuncio porque soy fiel a mis principios, no a los cargos, y porque no estoy dispuesto a convalidar con el silencio, lo que considero una deriva que nos aleja del sentido nacional de un Partido, con doctrina, con coraje moral y con vocación de poder transformador.

Para cerrar, el referente pidió que su decisión “no clausure el diálogo” y que sirva de apelación: “Que sea para que muchos correligionarios en todo el país dejen de actuar como si nada pasara. Quienes conocieron a dirigentes como Ricardo Balbín o el propio Raúl Alfonsín saben que la lealtad no es sumisión, y que la renuncia o discontinuidad de algo, puede ser un acto de fidelidad a lo esencial. Me voy, sí, pero no me aparto de mis ideas. Seguiré donde siempre estuve: del lado de quienes creen que la política, para ser digna, debe ser pensada, discutida y decidida con todos”.
TC/EM – Perfil