El Profesor Titular UNLP. Filósofo y especialista en temas de ciencia y tecnología, Santiago Liaudat, comparte su teoría sobre la financialización de la vida cotidiana, basada en observaciones propias del profesional.
«A través de las billeteras virtuales, empieza a haber una influencia creciente de instrumentos y de lógicas financieras en grupos sociales que eran ajenos a ellos» presenta Santiago. Agrega que, según lo observado, estas lógicas eran propias de grupos sociales de poderes adquisitivos más altos en el pasado y que hoy se encuentran más expandida.
«La preocupación que yo tengo es en qué medida esto va produciendo cambios sociales y hasta con impactos económicos» explica Liaudat qué es lo que más lo concierne en cuanto a su estudio, a raíz de este comportamiento de difusión de esta lógica financiera.
«Una de las consecuencias que veo es la expansión de esta vision de «winner o loser» … ahora la posibilidad de realizarse pasa por el acierto o desacierto en el juego financiero» presenta una de los posibles desenlaces de este cambio social.
«Una segunda consecuencia es que se difunde a nuevos sectores sociales, que antes no la tenían, con un nuevo modo de pensar … empieza a aparecer una lógica especulativa» comenta. El profesional propone pensar qué es lo que sucederá con la aparición de estas nuevas racionalidades en el sector popular.
«Otra de las consecuencias es que se corre el límite de lo monetizable», explica que a partir de estos cambios, todo empieza a traducirse en costos y beneficios económicos, especialmente sobre el tiempo de ocio o el tiempo libre.
Santiago sostiene que un cuarto elemento posible de aparecer es la socavación de los conocidos elementos de progreso, como lo son la educación y el trabajo. «Estos gurúes que te enseñan cómo hacer dinero sin trabajar van reemplazando esa identidad del trabajo y la educación por símbolos de felicidad asociados a la ostentación y el consumo suntuoso» explica el profesor.
«Quinto elemento; ya no aparece la apelación al esfuerzo … el mensaje de la meritocracia quedó desplazado a un mensaje de dinero fácil» agrega Santiago. «Ahora es; dinero se transforma en más dinero… y en el medio no pasa nada» hace referencia al abandono de la idea del trabajo detrás de conseguir los objetivos financieros.
Por último, Liaudat comenta cuál es la consecuencia, según él de las más graves, es que emerge un nuevo tipo de solidaridad vertical del pobre y trabajador con el gran capital en perjuicio de la solidaridad horizontal. «Es una gran dificultad a la hora de poder pensar proyectos colectivos que tengan que ver con el ancla comunitaria». Explica que, hoy en día, la clase trabajadora es solidaria con las grandes empresas, por ejemplo a través de la compra de acciones.
De todo esto, habría un gran impacto económico, según Santiago. «Tenemos un riesgo real de la descapitalización … ahora de la mano con estas aplicaciones, se da la fuga del pequeño ahorro que, a la suma de todo, es significativa».
Transversalmente, este comportamiento permearía un pensamiento de la lógica de la maximización de la ganancia. «Ahí no entran ni razones ambientales, ni razones sociales, ni razones de soberanía. Ahí lo único que importa es tengo tanto, quiero más. Es el fetichismo máximo del dinero».
Finalmente, el filósofo explica que esto está sucediendo a nivel global. «Hoy nos damos cuenta que son procesos que van juntos», hace referencia al desarrollo de la tecnología y de las finanzas. «Las regiones más hiperconectadas en el mundo son paraísos fiscales. Entonces, hay un vínculo entre estas nuevas lógicas de valorización financiera y estas nuevas corporaciones digitales globales» cierra el profesional.
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