Artemisa Noticia
04/05/2025 |

Día Internacional del Bombero Forestal: ¿por qué se celebra el 4 de mayo?

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La fecha se instauró a partir de un hecho trágico ocurrido en 1998. Pretende recordar a las víctimas y también agradecer a todas aquellas personas que participan en brigadas forestales y arriesgan su vida.En 1998, cinco bomberos murieron mientras trabajaban para apagar un incendio forestal en Canadá. Ese hecho, sumado a otros incidentes trágicos ocurridos durante la lucha contra los incendios forestales en todo el mundo, fue el punto de partida para el inicio de un movimiento que se ha ido extendiendo por diversos países.

A pesar de que el Día del Bombero Voluntario es el 2 de junio en nuestro país, el 4 de mayo está destinado a reconocer el valor y trabajo de los bomberos forestales que arriesgan su vida en pos de extinguir grandes extensiones de fuego, cada vez más intensos y frecuentes en un contexto de cambio climático.

El uso de una cinta roja por parte de personas que integran brigadas forestales funciona como gesto simbólico que muestra respeto y hace presente el carácter de riesgo que presenta el trabajo de los combatientes forestales.

En nuestro país, la Administración de Parques Nacionales de Argentina (APN) tiene bajo su responsabilidad el cuidado y la preservación de muestras emblemáticas de la diversidad biológica del patrimonio natural y cultural del país, así como sus rasgos paisajísticos más sobresalientes. En este sentido, la prevención de incendios es clave en pos de la conservación de estas muestras que deben ser resguardadas así como incrementadas para beneficio de las generaciones presentes y las futuras.

La Dirección de Lucha contra Incendios Forestales y Emergencias (DLIFE) de la APN es la encargada de establecer lineamientos y estrategias de prevención de fuegos no deseados, manejo de quemas prescriptas y rehabilitación ecológica.

¿Qué hace un Combatiente de Incendios Forestales?

Según la Administración de Parques Nacionales, los y la brigadistas de incendios forestales tienen diversas ocupaciones:

Desarrollan las tareas generales vinculadas con la prevención, presupresión (actividades previas a que ocurra un incendio) combate y supresión de incendios forestales y/o rurales y el manejo del fuego.

Participan en actividades de apoyo comunitario ante situaciones de emergencia e intervienen en operativos de búsqueda y rescate.

Participan en actividades de concientización de la sociedad.

Desarrollan tareas de restauración y mitigación de áreas en recuperación.

Formulan, brindan asesoramiento y desarrollan proyectos y procedimientos relacionados con el área técnica.

Participan en el diseño, formulación y dictado de capacitaciones generales y técnicas.

Participan activamente en tareas de diseño y mantenimiento de sendas y picadas.

Las causas concretas que provocan los grandes incendios son un motivo de discordia permanente. Los estudios afirman que en el 95 % de los casos el origen continúa siendo directa o indirectamente atribuible al ser humano. Las quemas ilícitas en campos agrícolas y el descuido por parte de visitantes y ciudadanos en áreas boscosas son las principales causas de los incendios forestales.

Los especialistas afirman que se suele creer que el fuego se apaga por la cantidad de aviones que haya a disposición y, sin embargo lo cierto es que los aviones son un recurso limitado, no tan determinante como se cree.

“Tiene mucha más capacidad de influencia un bombero bien formado que 200 bomberos mal formados y 50 aviones”, sostiene Marc Castellnou, de la Fundación Pau Costa, la primera comunidad forestal internacional en la que investigadores, bomberos, agricultores y representantes de la sociedad civil promueven una nueva forma de entender y gestionar los incendios forestales, desde la prevención y no desde un enfoque reactivo de extinción. Esta comunidad, además de permitir un intercambio de conocimientos, desarrolla soluciones y políticas comunes desde 2011.

La Fundación trabaja en tres ejes: mejorar la prevención, mejorar los sistemas de extinción y trabajar para que la sociedad vuelva a tener una cultura del riesgo.

En los dos primeros meses de 2025, 150 000 hectáreas de bosques ardieron en la Argentina, dejando a su paso dos muertos, destrucción de casas y pérdidas incalculable en ecosistemas de enorme valor.

En varios puntos del país las temperaturas superiores a 40º C durante varios días dificultaron las tareas de los bomberos. La magnitud e intensidad de los incendios, también.

A esto se sumaron, los recortes presupuestarios que limitaron la capacidad de prevención y acción de las fuerzas encargadas de combatir las llamas, extendiendo la duración de muchos de los incendios. Desde la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) denunciaron la subejecución presupuestaria en el área.

Las condiciones de trabajo de quienes están en la primera línea del fuego siguen siendo precarias. Los brigadistas forestales se han encontrado sin comida, sin descanso, y en muchos casos, sin seguridad laboral.

Los resultados indican que la frecuencia de grandes incendios aumentaría en dos o tres veces desde ahora hasta 2050, y entre seis y ocho veces hacia finales del siglo XXI.  Mientras tanto, los investigadores calculan que parte del paisaje y la biodiversidad que se incendiaron este verano, demorarán siglos en recuperarse.

 

 MP – elDiarioAR

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