La fecha busca visibilizar el rol de quienes controlan la calidad de los alimentos y prevenir enfermedades vinculadas a su consumo. También recuerda un hito académico que dio origen a la formación universitaria en bromatología en la Argentina.
La fecha no solo apunta a concientizar sobre la seguridad alimentaria, sino que también remite a un hecho clave para la disciplina en el país: la graduación de los primeros licenciados en Bromatología, en 1976. Se trató de Rubén Peruzzo, César Stöckli, Bartolo Tolomeo y Raúl Tolomey, formados en la entonces Escuela Superior de Bromatología, antecedente de la actual carrera universitaria.
Ese proceso fue determinante para la consolidación de la disciplina: poco tiempo después, la bromatología se incorporó a la oferta académica de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y, una década más tarde, en 1986, se creó la Facultad de Bromatología, que hoy es una referencia en la formación de profesionales del área.
Por qué es importante la bromatología
La bromatología es la ciencia que analiza los alimentos, su composición, sus propiedades, los procesos de elaboración, almacenamiento y distribución, con el objetivo de garantizar que lleguen al consumo en condiciones seguras. Su aporte resulta central para prevenir intoxicaciones, infecciones y enfermedades de origen alimentario.
Para ello, integra saberes de distintas disciplinas, como la química, la microbiología, la bioquímica, la fisiología, la física y la ingeniería, lo que permite evaluar desde el valor nutricional hasta los riesgos asociados a fallas en la cadena de producción.
Un ejemplo cotidiano de su impacto es el control de la cadena de frío, fundamental para evitar la proliferación de microorganismos en alimentos refrigerados o congelados.
Recomendaciones básicas para evitar intoxicaciones alimentarias
Entre las medidas más importantes para reducir riesgos, especialistas recomiendan:
- Lavarse las manos antes, durante y después de manipular alimentos.
- Mantener limpias las superficies, utensilios y espacios de cocina.
- Separar alimentos crudos de los cocidos o listos para consumir.
- Cocinar completamente carnes, huevos y preparaciones.
- Respetar las temperaturas adecuadas de conservación.
- Descongelar los alimentos de forma segura y evitar la contaminación cruzada.
- Lavar frutas y verduras antes de guardarlas o consumirlas.
- No consumir agua de fuentes no seguras.
En un contexto donde la seguridad alimentaria es un eje central de la salud pública, el Día del Bromatólogo pone en valor una tarea muchas veces invisible, pero fundamental para la vida cotidiana.



































































