El Ing. Alfredo Fushimi, eximio conocedor de la vida y obra del ingeniero y arquitecto, repasó algunos aspectos de su vida al conmemorarse un nuevo aniversario de su partida.
Palacio Municipal de Adolfo Alsina
Un nuevo aniversario del fallecimiento de Francisco Salamone se está cumpliendo. Si bien sus obras atesoran parte de su esencia, son muchos los que intentan descubrir más y más sobre su vida.
Al respecto, el eximio conocedor de su recorrido, Alfredo Fushimi, accedió a contar algo más sobre él, en una entrevista que no tuvo desperdicio. Al respecto, afirmó que “en general la historia, y en el caso Salamone, hay que ponerlo en un contexto histórico. La historia es compleja. En Salamone hay que ponerlo en ese contexto. Es un personaje extremadamente complejo, en una época compleja, que tuvo la gran virtud de hacerse a sí mismo”.
Siguiendo con ese hilo, enumeró a “a la familia de inmigrantes que estudió, se recibió, empezó a trabajar, consiguió un triunfo profesional desde un punto de vista empresarial. Era un gran empresario que le supo adosar con su estudio. Tenía un talento natural que le permitió hacer todas estas obras”.
De igual forma, y analizando, sostuvo que “en estas épocas de cancelación… si fuese por la vinculación con el nazismo hay varios que deberían ser derrumbados. El contexto de la década de Justo y de Fresco en la provincia de Buenos Aires es extremadamente complejo, como para volver al tema binario de buenos y malos”.
Al mismo tiempo que admitió que “el desarrollo de la infraestructura fue algo bueno en la provincia con Fresco. Se ve. A pesar de que se ofenden algunos y aceptan otros, Fresco fue una especie de protoperonismo, en el sentido de hacer accesible al pueblo un montón de infraestructuras”.
En otro pasaje de la charla, y hablando específicamente de situaciones características de las ejecuciones salamónicas, reconoció que “tiene una terminación de carrara pulverizado, que tuvo su origen en una fábrica de Villa María, Pero eso debería consultarse con la gente de La Plata que hizo todo el análisis de los materiales de las obras. Igual marmolina es una linda palabra”.
Teatro de Alberti
Por último, y a modo de reflexión, subrayó que “Salamone estuvo en el lugar justo y en el momento justo. Le sacó toda la punta al lápiz de su inspiración en tres cuatro años. Siempre hago la comparación con Rimbaud, que escribió toda su obra entre los 17 y 18 años, y después se dedicó a viajar, hacer crónicas geográficas, traficaba esclavos, vendía armas… hasta que murió. A él también le exigen el por qué no hizo más nada. Creo que hay que dejar tranquila la memoria de Don Francisco. Hizo mucho”.
Palacio Municipal de Tornquist
Fotos de : 伏見 アルフレド