Especialistas advierten que el proyecto oficial combina avances en seguridad jurídica con inconsistencias técnicas, vacíos en la registración y un olvido de la arquitectura sindical que impiden una transformación integral del sistema.
Buenos Aires, 18 de diciembre de 2025 – En medio de un clima de fuerte tensión social y movilizaciones de la CGT, el debate sobre la reforma laboral propuesta por el Poder Ejecutivo sumó una perspectiva académica clave. Alejandro González Rossi y Gonzalo Ruiz Díaz, profesores del Departamento de Derecho Laboral de la Universidad Austral, analizaron el proyecto y advirtieron que, aunque busca modernizar una ley de más de 50 años, presenta omisiones estructurales que podrían frustrar sus propios objetivos.
Un modelo del siglo XX para una economía en red
Para los especialistas, la actual Ley de Contrato de Trabajo fue diseñada para un modelo industrial centralizado que ya no existe. «Hoy se produce más en red, con empresas más chicas y especializadas», señalan. Además, destacan un cambio cultural generacional: mientras la ley vigente se basa en la estabilidad hasta la jubilación, los jóvenes de hoy no proyectan su carrera en una sola empresa, lo que exige reglas más dinámicas.
Los aciertos: Claridad y el Artículo 245
Uno de los puntos que los especialistas rescatan es la búsqueda de «seguridad jurídica». Para que un empresario se anime a contratar, necesita saber cuánto cuesta el ingreso y, fundamentalmente, el costo de salida. En este sentido, consideran positivo que la reforma al Artículo 245 brinde pautas más precisas para calcular las indemnizaciones, intentando cerrar años de debates judiciales por vaguedad de términos.
Las señales de alerta: ¿Inconsistencia en los costos?
A pesar de la intención oficial de reducir la carga laboral, González Rossi y Ruiz Díaz advierten sobre una contradicción técnica: la creación de un nuevo fondo de desempleo que podría imponer un costo mensual acumulado de hasta el 11% por cada nueva contratación. «Esto contradice el objetivo declarado de clarificar y reducir la carga para la generación de empleo», explican.
Los vacíos críticos
La nota de la Universidad Austral pone el foco en tres puntos donde la reforma parece quedarse corta:
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Trabajo no registrado: El proyecto no genera un desincentivo real para la informalidad. Si el costo de despedir a un empleado en blanco o a uno «en negro» no presenta una diferencia sustancial, la distorsión de base se mantiene.
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Negociación Colectiva: Los especialistas señalan que la reforma ignora el «unicato sindical». Al no abordar la arquitectura de la representación gremial y empresarial (donde las Pymes suelen estar lejos de las entidades que negocian por ellas), la reforma no llega a ser integral.
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Intereses y Juicios: La propuesta de fijar intereses «lo menos posible» en los juicios laborales es vista con preocupación. En un contexto inflacionario, un interés bajo incentiva al empleador a estirar los litigios, ya que el paso del tiempo licúa el valor de la condena, perjudicando al trabajador.
Protección del salario y estatutos derogados
Finalmente, el análisis advierte sobre dos cambios de alto impacto social:
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Salario como garantía: La modificación al Art. 132 permite retener haberes por préstamos bancarios, lo que podría «desdibujar el carácter alimentario del salario» y generar sobreendeudamiento.
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Vacíos legales: La derogación de los estatutos del Periodista, del Viajante de Comercio y de la Ley de Teletrabajo deja sin marco específico a actividades que tienen particularidades muy distintas a la ley común, generando incertidumbre sobre cómo se protegerán esos derechos en adelante.




































































