La docente jubilada y psicopedagoga comparte su experiencia en la cultura andina y la importancia de la conexión con la naturaleza en su huerta agroecológica en Calle las Lilas del Barrio Cerro Ceferino.
«La tradición andina me ha llevado el estar conectada con la tierra y con los elementos de siembre. Yo soy docente y siempre estuve conectada con lo mismo sin darme cuenta, siempre lo hice con los chicos en el Centro Educativo con las huertas familiares, con las propuestas del INTA, lo tenemos que recuperar con las huertas en casa», se presenta Maria Luisa Felice, docente jubilada que actualmente se dedica a la cultura andina; cuenta con una huerta agroecológica y un chanka. «Conecta con lo ancestral y con esta cosa simple y tan maltratada que es la tierra» comparte.
Marilú es psicopedagoga y profesora de educación especial, teniendo experiencia de 17 años en Centros Educativos Complementarios. «Llevo la bandera de la educación pública» menciona, continuando su presentación hacia la audiencia. Explica que esta tradición es puramente adoptada, pero que considera que ha estado conectada a ella durante toda su trayectoria sin ser consciente de ello.
«Tratamos de regar en los horarios donde hay que regar; ni bien amanece o a la tardecita. Lo que tiene la huerta ancestral, es una huerta circular. En el surco de lo circular, del espiral, lo ideal es que llegue a la cadera de la persona que esté trabajándola, para no afectar a la columna. Ese surco absorbe la humedad y la conserva. También se forma un microclima fabuloso que trae cantidad de insectos», comparte la entrevistada algunas sugerencias para quienes quieran interiorizarse en este mundo. «No hay que abonar nada porque las lombrices se encargan de hacer todo ese trabajo», continúa.
La huerta agroecológica de Marilú se encuentra en Calle las Lilas, entre Girasoles y Agapantus, la calle del Dique, hacia arriba. «Siento que va a ser un espacio para compartir, un espacio sagrado. Esto comienza hace un año porque hice el seminario, así que esto es un camino» se refiere al nuevo camino que se encuentra atravesando como nueva aprendiz.
«Estamos, junto con Ernesto Meier, forestando una plazoleta de acá en frente para tener sombra y que pueda ser habitada por vecinos y por turistas» comparte la entrevistada, para cerrar la nota, el trabajo solidario que actualmente se encuentra realizando con algunos vecinos.