La Cámara Alta lo calificó como el “mayor hallazgo de la historia naval” del país. El pedido para que Javier Milei abra los archivos para obtener más información

Abel Basti, escritor que sigue las huellas nazis en Argentina y sostiene la hipótesis de la presencia de Adolf Hitler en Sudamérica, explicó en diálogo con Infobae que “Es un paso más de reconocimiento de este descubrimiento que es clave en la historia”.
El pedido de apertura de archivos
El escritor ya dio el siguiente paso, tras la declaración de la Cámara Alta. “Le solicitamos al presidente Javier Milei que desclasifique todos los archivos con la información sobre la llegada de los submarinos nazis a las costas argentinas”, sostuvo Basti. Según pudo saber Infobae, el mandatario pidió más información sobre el tema y prometió analizarlo luego de las elecciones legislativas del próximo 26 de octubre.

El proyecto legislativo aprobado subraya la trascendencia del hallazgo no solo desde el punto de vista científico sino también patrimonial. En el texto se enfatiza la necesidad de preservar la zona donde se encuentra el submarino para futuras investigaciones, proponiendo su inclusión en el inventario de bienes históricos y la coordinación con organismos internacionales.
Basti asegura que al menos una docena de submarinos nazis llegaron hasta las costas de Argentina. “Se abrieron en abanico para no ser detectados. Y fueron tratando de llegar a la costa en diferentes puntos del país desde la costa bonaerense hacia el sur”, le contó el escritor a Infobae.
La hipótesis de Basti es que se trató de un plan de evacuación masiva del Tercer Reich que tuvo como destino la Argentina. “Pude ver documentos desclasificados soviéticos que hablaban de estos viajes de escape al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Partieron de puertos de Noruega en la península escandinava europea”, revela el escritor.

El submarino hundido en Necochea
El origen del submarino fue eje de una serie de expediciones iniciadas a partir de 2022 en la zona de Necochea.
Esa pesquisa reunió a buzos de distintas nacionalidades, expertos en arqueología subacuática y técnicos en magnetometría que lograron documentar imágenes del casco y detallar la existencia de restos coincidentes con tecnología alemana de la década del 40. El equipo consideró que la información obtenida resultaría “suficiente para avanzar hacia una identificación preliminar” del submarino.
Basti pudo confirmar a través de un especialista italiano que se trataba de una embarcación nazi. Sin embargo, el Estado no hizo nada para investigar la procedencia de los restos encallados en el mar argentino. “Sólo dicen que se trata de un naufragio sin detallar el origen. Deberían hacerlo porque fue la incursión de una nave de otro país en territorio nacional”, explica.
La expedición fue realizada por Eslabón Perdido, el grupo que encabeza el escritor Abel Basti. El informe detalló que la nave ostenta signos de hundimiento voluntario. El análisis de los materiales encontrados condujo a especialistas a sostener la hipótesis de que la nave pertenecía al grupo de U-Boots que cruzaron el Atlántico sur y cuyo destino era desconocido desde 1945.
Con la nueva declaración del Senado, Eslabón Perdido intentará que el Poder Ejecutivo avance en la investigación del naufragio.

Más datos sobre el submarino
En julio de 2025, el periodista Román Lejtman publicó una crónica especial en la que relató “la historia inédita del submarino nazi hundido en Necochea”.
En su nota, Lejtman relata detalles sobre un cable secreto que fue emitido hacia finales de la guerra desde el cuartel general de la Marina de Alemania con destino a los espías nazis Sargo y Luna, que preparaban el desembarco de un submarino que debía llegar a Necochea hacia fines de julio de 1945.
Sin embargo, a diferencia de las dos embarcaciones que se rindieron en Mar del Plata, no hay más datos sobre el submarino que debía llegar a Mar del Plata. No se sabe quién era su capitán ni los tripulantes que cruzaron el océano Atlántico cuando cayó el Tercer Reich.
Para la expedición de Eslabón Perdido, Basti convocó a los ingenieros navales Juan Martín Canevaro y Andrés Miguel Cuidet.
Canevaro y Cuidet confirmaron en 2022 que no es un barco y que “se podría inferir que estamos ante el hundimiento de algo similar a un sumergible, pero debemos dejar bien claro que son aproximaciones y no verdades de estructuras de sumergibles”.
Con la pericia de Canevaro y Cuidet, más las imágenes oficiales de la Prefectura, Basti decidió cerrar el círculo para probar su descubrimiento histórico: se contactó con la Liga Naval Italiana (LNI), que tiene probada experiencia en identificación de naves utilizadas en la Segunda Guerra Mundial.
El perito Fabio Bisciotti confirmó en un 90% que se trataba de un submarino nazi. Logró identificar el periscopio, la escotilla y el contenedor de torpedos. Además, el especialista italiano confirmó que la embarcación había sido explotada para ocultarla en la profundidad del mar.

En Necochea persisten relatos de habitantes que, en los años siguientes al conflicto mundial, afirmaban haber visto “actividades extrañas, luces y movimientos de botes” en la costa. A ello se suma, según la publicación, documentación proveniente de archivos extranjeros y argentinos acerca de la búsqueda de submarinos desaparecidos tras el colapso del Tercer Reich.
Botes nazis en la Patagonia
El hallazgo de Quequén se enmarca en una línea de investigaciones que abordan testimonios sobre presuntos desembarcos de tripulaciones alemanas en el sur argentino. En marzo de 2025, Infobae informó sobre la aparición de rastros de botes en playas de la Patagonia, objeto de análisis para determinar si corresponden a equipos originales de submarinos germanos usados en operaciones de escape en la posguerra.
Según ese reporte, los materiales recolectados incluyeron elementos metálicos y maderas trabajadas según patrones de fabricación europea de la década de 1940.
La declaración del Senado establece la importancia de “preservar, investigar y promover el significado histórico del submarino hallado”, propone la creación de un área protegida y manifiesta su interés de difundir el descubrimiento en las escuelas argentinas. La decisión también convoca a coordinar acciones con organismos internacionales para evaluar el alcance patrimonial universal del hallazgo.
El Senado instó, además, a presentar la información recabada ante la UNESCO para obtener orientación experta en materia de protección, restauración e investigación. En el texto legislativo se resalta el “valor pedagógico y cultural” de la recuperación de los restos y la necesidad de integrarlo en circuitos turísticos vinculados a la historia contemporánea.
PorMariano Jasovich Infobae