La tragedia vial sacudió el domingo 08 de junio por la noche. El médico marplatense Diego Quirós (57), y el hijo (9) de su pareja murieron, y ella sobrevivió, en grave estado, tras chocar contra el acoplado de un camión, cargado con soja que había quedado atravesado en la ruta provincial 88, en cercanías al acceso a Miramar, Pcia. de Buenos aires. Según trascendió, el Mercedes Benz que conducía Quirós impactó de lleno y se incrustó en el acoplado. El conductor del camión Raúl Alejandro Lozano García (46), no tenía licencia habilitante para conducir y transportaba cereal con deficiencias en las condiciones del acoplado. Había salido momentos antes de la balanza ubicada en la zona. Circulaba con una notoria falta de mantenimiento, carecía de luces laterales y traseras en funcionamiento, exhibía cintas reflectivas muy desgastadas, y no tenía la Verificación Técnica Vehicular (VTV) obligatoria para circular. Según consta en la causa, Lozano García detuvo el camión, poco antes del choque, para revisar la carga y, minutos después, se produjo la colisión con el Mercedes Benz.
La ruta 88, cuenta con un alto índice de siniestralidad gran cantidad de vehículos pesados la transitan diariamente. La falta de controles sobre el estado de los transportes de carga, licencias de conducir y velocidades volvió a quedar en evidencia.
El examen toxicológico practicado al cuerpo de Diego Quirós habría detectado cocaína en sangre al momento del siniestro y la pericia accidentológica determinó que circulaba a exceso de velocidad.*
La Justicia determinará la responsabilidad de estas muertes, pero sin duda, la confluencia de múltiples causas: drogas, exceso de velocidad, deficiencias del transporte, falta de licencia habilitante, ausencia de controles, todas ellas evitables, precipitó este triste desenlace fatal.
El grave problema de las drogas y la conducción:
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Las drogas ilegales de abuso (y también muchos medicamentos recetados), pueden afectar fuertemente la capacidad de conducir. La ley dice que, “la ingestión de drogas impide conducir cuando altera los parámetros normales de la conducción, cuando provoca somnolencia, fatiga o alteración de la coordinación motora, la atención, la percepción sensorial o el juicio crítico”. Es importante saber que tanto en el caso del alcohol como en el de las drogas, los primeros efectos psicológicos ya son peligrosos. La desinhibición, un aumento de confianza y la sobreestimación de la propia capacidad, con la consiguiente subestimación del peligro, son síntomas que pasan inadvertidos a la vista, pero motivan en el conductor comportamientos de riesgo (aumento de la velocidad al conducir, sobrepasos audaces, errores de juicio etc).
Todas las sustancias que alteran nuestras funciones psícofísicas (ya sean legales o ilegales) se pueden clasificar de manera sencilla en tres grandes grupos:
- Depresoras (alcohol, heroína, morfina, metadona, etc.)
- Estimulantes (anfetaminas, cocaína, etc.)
- Perturbadoras (marihuana, LSD, éxtasis, etc.)
Estas sustancias generan adicción tras su consumo repetido, como la cocaína, la marihuana, heroína, etc., y afectan la conducción, ya que alteran siempre, en mayor o menor medida, el funcionamiento psicofísico del individuo alterando, entre otros, a la percepción sensorial, la atención, y muchas veces, la coordinación motora, además de distorsionar la percepción del riesgo. Combinadas con el alcohol potencian sus efectos tóxicos.
* Fuentes e imagen: Infobae, El Día, La Capital. Luchemos por la Vida