Artemisa Noticia
07/07/2025 |

Uno de los gurúes económicos de Milei, involucrado en una estafa de alquileres en España por miles de euros

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Pol Victoria, un economista ‘austrolibertario’, ‘cristiano’, ‘reaccionario’ y ‘revisionista’, según su página web, llegó a deber hasta 53.500 euros en cuotas de alquiler pendientes a la propietaria de la casa en la que vivió tres años y alquilaba, sin su consentimiento, en diferentes plataformas de booking.

Por los abarrotados y abigarrados pasillos, repletos de prensa y tipos encorbatados del Foro de Davos, un hombre con sombrero y chaqueta americana aguarda en un lateral al paso de Javier Milei, al que aborda con un apretón de manos. Se acerca con decisión al oído derecho del mandatario y le susurra algo que cambia por completo la expresión de su cara, retorciendo en ella esa sonrisa de fan devoto que le sale al presidente argentino cuando está con alguien a quien admira.

“[Tu libro] es un librazo”, le dice con efusividad mientras se abrazan. Las coincidencias no existen. El mismo Milei apareció íbidem un año antes con dicho libro bajo el brazo, ‘El Manifiesto austrolibertario’, de Pol Victoria. Pero esta no es la historia de cómo Javier conoció a Pol. Esta es la historia de cómo Concepción conoció a Pol, o cómo este acabó debiendo a una jubilada de Murcia más de 50.000 euros por no pagar el alquiler del chalé en el que vivía junto a su familia. “Estamos listos de tanto sinvergüenza”, declara Concepción de su inquilino.

Remontémonos al verano de 2022. Concepción [nombre ficticio] es una jubilada murciana a la que su casa de toda la vida se le quedó grande; no es para menos: se trata de un chalé ubicado en una pedanía de la capital de 580 metros cuadrados con una parcela de otros 1.400. Hace unos años, tomó la decisión de poner en venta la propiedad, valorada en torno a algo más de 600.000 euros, y mudarse a otra vivienda. Poco tiempo después, la inmobiliaria se puso en contacto con ella: una familia estaba interesada en alquilar. Aunque reticente, puesto que no era su intención, acabó aceptando.

El perfil de sus inquilinos era, a todas luces, inmejorable: un matrimonio joven con varios hijos de por medio, que aparentemente se ganaba bien la vida; gente seria, gente de fe y, sobre todo, gente solvente con pocas pintas de dar problemas. Los primeros meses, la relación contractual se desarrolló sin problemas hasta que entró la navidad del año 2022: la renta de 2.000 euros mensuales por el chalé que Concepción debía recibir a primeros de cada mes dejó de llegar.

“Ella [su esposa] me mandaba audios y escritos muy largos justificándose y pasado un tiempo, les tuve que decir que si esto seguía así, los iba a tener que denunciar. O no pagaban el mes, o me enviaban una transferencia de cien euros, o de doscientos euros”, explica Concepción, que, consciente de que no siempre llueve a gusto de todos, que hasta en las mejores familias pasan estas cosas, siempre intentó darles un voto de confianza. Pero el voto cayó en saco roto, y la sorpresa fue mayúscula cuando vio cómo su casa comenzaba a aparecer en diferentes webs de alquiler.

Paladín del libre mercado

Pol Victoria es economista, pero sobre todo es un hombre autodefinido. Se identifica a sí mismo como cristiano, reaccionario, romántico, hispánico, revisionista, polimicromonárquico y libertario. Si preguntas a Pol Victoria acerca de Pol Victoria, te hablará maravillas de un tipo que “se inclina más por lo espiritual que por lo material”, que ha tenido una vida de “viajes intensos” o que educa en casa a sus hijos. Si preguntas a su ex casera, “es un tarambana al que le gusta mucho viajar, le gusta mucho aparentar y va siempre con su carpeta y con su libro a todas partes”.

Pol Victoria es autor de ‘El manifiesto austrolibertario’, un ensayo que pretende ser la antítesis de lo expuesto por Marx y Engels en 1848, publicado en el año 2019 por la editorial Lassez Faire!. Entre sus páginas, pueden encontrarse fragmentos muy ilustrativos de una ideología que ha ganado muchos adeptos estos últimos años; los suficientes, al menos, para aupar a la presidencia a alguien como Javier Milei. ‘El manifiesto austrolibertario’ deja claro que un libertario lo es en la medida en que la libertad le resulte útil: “Si la tiranía, la dictadura o el totalitarismo trajeran mejores resultados que la libertad, entonces la libertad pasaría a ser un anti-valor a combatir”. También afirma que la justicia social es “la constante y persistente voluntad de quitar a cada cual su derecho”.

Su currículum es menos poético: de emprendedor a empresario, de consultor a criptoeconomista y gestor de activos cripto. Desde mayo de 2024 se presenta ante el mundo como Embajador Especial de la República Libre de Liberland, un experimento en forma de estado-nación anarcocapitalista situado en un territorio junto al Danubio no reclamado entre Serbia y Croacia. En el universo ideológico de Pol Victoria, la propiedad privada es el pilar fundamental de la civilización. En la realidad más inmediata, en cambio, esto depende.

No pagaban alquiler y realquilaban la piscina

La deuda, que ha llegado a alcanzar un máximo de 53.500 euros, crecía mientras Concepción dejó de saber de ellos. “La cosa no se queda aquí. Un día me escribió una vecina para decirme que había visto coches que no conocía aparcados fuera y que había jaleo en la piscina. Mis hijos se pusieron a investigar y resulta que habían anunciado la casa para alquilarla en varios sitios”, comenta. “Ella [su esposa] era la que daba la cara, la que salía en los anuncios. Él nunca”. Pol ha sido contactado para dar su versión de los hechos, pero ha preferido no contestar a los mensajes. Carolina, su mujer, ha explicado que “la deuda ya está pagada” y que “simplemente trataban de sacar un dinero extra en medio de una gran inestabilidad económica. No hay mucho más”.

En páginas como swimmy o Airbnb, el matrimonio ofrecía la piscina de la casa por horas, desde 30 euros la hora para un grupo de cinco personas a 100 euros para grupos de cien. Esto, sin los molestos gastos de alquiler de por medio, lo convertían de facto en el Airbnb más rentable de Murcia. Probablemente de todo el mundo. También ofertaban un apartamento independiente que tenía el chalet construido en el sótano, con cocina y baño, para “parejas”. Una de las reseñas que aún pueden visitarse en dichos sitios web reza: “Como pareja, pasamos un tiempo privado maravilloso, la decoración era perfecta, la piscina es muy grande y los anfitriones fueron muy amables, lo recomiendo.” En Cocopol, otra página de arrendamiento de piscinas, anunciaban la casa de Concepción como El Oasis: “es un espacio ideal para celebrar eventos, fiestas, networking, encuentros. Apto para adultos y niños”.

“Cuando salí de mi casa me fui a un piso de alquiler. Fui autónoma y ahora tengo una pensión muy baja, y si no es por mis hijos me veo en la calle”, cuenta Concepción, que este pasado mes de enero pudo recuperar su vivienda tras la marcha de los inquilinos. A principios de mayo estaba previsto el juicio por impago, atrasado varias veces gracias a la condición de familia vulnerable de los inquilinos, que acabó resolviéndose con un acuerdo extrajudicial en sala con el reconocimiento de la deuda y el compromiso de abonar el total en el plazo de un mes. “Han ido pagando a lo largo de este mes [los 53.500€] poco a poco (…) alguna transferencia del hermano de ella, unas de mil, otras de más (…) pero se ha acabado”.

“Se han llevado dos muebles auxiliares, un montón de libros (…) y el sinvergüenza me dijo que había pagado tres horas a su asistenta para limpiar la casa y no sabes cómo me la han dejado. Vamos a tener que tirar hasta el horno. La piscina la han dañado, esa es otra… pero ya se han ido, por fin se han ido”. Al igual que Pol en Davos, Concepción ha tenido su final feliz. Admite que a lo largo de este tiempo ha necesitado ayuda psicológica y que se ha llevado una decepción muy grande: “Es un encantador de serpientes”, lamenta al otro lado del teléfono.

MC – Aldo Conway – Murcia, España —

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