Desde el Vaticano, en directo escuchamos en FM Reflejos a Sebastian Cuattromo, presidente de Adultos por derechos de la infancia y víctima de abusos sexuales por parte de la Iglesia, el reclamo para que el nuevo papa establezca una ley canónica de tolerancia cero, que implique la expulsión inmediata de toda persona que pueda estar vinculada a los abusos; ha explicado durante el programa radial «Un Mate y un Café» sobre los objetivos de esta asociación y su experiencia para poder enviar un petitorio al Estado con el fin de detener la impunidad de abusadores sexuales infantiles a cargo de la Iglesia Católica.
«Adultos por los derechos de la infancia es una Asociación Civil que integramos sobrevivientes del delito de abusos sexuales en la infancia. Trabajamos concientizando a la sociedad sobre este delito a través de compartir nuestro testimonio públicamente, y también acompañando solidariamente a sus víctimas» explica Sebastián de qué se trata esta importante asociación, al comenzar la entrevista.
«Sufrí ese delito siendo niño en un colegio de la ciudad de Buenos Aires llamado «Marianista», donde mi abusador y el de otros niños fue un Hermano Marianista y docente llamado Fernando Picciochi a quien, tras un largo camino de dolor y lucha, más de 20 años después, logré llevarlo a un juicio oral y público en el año 2012, que terminó con su condena a 12 años de cárcel por Corrupción de Menores calificada, reiterada» comparte su experiencia personal, lo que lo habría motivado a luchar por los derechos de los niños, niñas y adolescentes, para que su historia no sea repetida en otros infantes.
A pesar de tanto dolor y lucha, Sebastián logró que su abusador, reconocido a nivel público como a su caso, obtenga la condena social que merece semejante delito. «Año después de juicio y condena, ya estando en libertad, fue reconocido por gente del centro de Mar del Plata y esa gente tuvo el sensible y lúcido sentido de plantarse en el edificio y exigir que el tipo sea expulsado de este puesto de trabajo. Porque alguien que venía de cumplir una condena por corrupción de menores no podía estar encargado de un edificio, con acceso a las niñas, niños y adolescentes que vivían en ese edificio».
«Tuve que enfrentarme a un intento de silencio por el Movimiento Marianista, que lo denuncié en diferentes lugares, incluyendo el Arzobispado de Buenos Aires, el cual estaba a cargo de Jorge Bergoglio. Bergoglio nunca quiso recibirme personalmente, siempre lo hizo a través de su secretario. Me terminó recibiendo el Obispo Mario Poli, quien me comunicó que la decisión de ellos era abalar a los Marianistas. A lo largo de sus 12 años de papado, lamentablemente con mi situación personal el Papa no hizo nada» comenta la estrecha vinculación de su caso con la trayectoria del pontífice Francisco. Santiago hace hincapié en que Bergoglio debería haber subsanado los errores de los cuales pudo haber tomado decisiones directas, comenzando por las víctimas de su propio país.
Encuentro casual y diálogo de Sebastián Cuattromo con el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, en la Plaza de San Pedro.
Cuando le consultamos cuál sería el camino para comenzar a emendar y renombrar a todos los casos de abusos sexuales infantiles, con el fin de terminar con la impunidad de la Iglesia, Santiago responde: «Para empezar, creemos que la referencia es Naciones Unidas, es el marco de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, creemos que ese debería ser el eje convocante de los sobrevivientes».
«Decimos que a lo que estamos atentos críticamente es a qué medidas toma. Por eso este petitorio (al Vaticano) que hemos planteado públicamente, es un camino ineludible si se quiere transformar la cultura de la impunidad de la Iglesia. Creemos más en lo que hemos construido las víctimas a nivel de la opinión pública mundial. Son nuestras luchas las que han logrado romper con el tabú histórico» respondió cuando le preguntamos cuál es su visión sobre el nuevo Papa, León XIV.
Finalmente, Sebastian comparte los números estadísticos en relación a las situaciones de abuso sexual infantil. «Estarían sufriendo 1 de cada 5 niños, niñas y adolescentes. Es decir, el 20 % de la población. Esto esta sucediendo intrafamiliarmente. Nuestra práctica lo corrobora, nos tocó estar en Colombia en la primera cumbre Mundial, y ahí corroboramos este tipo de estadísticas, tan masivas y transversales. Y se nombraba que 1 de cada 2 niños y niñas sufrían algún tipo de violencia».